Tras dejar Firenze, nos dirijimos a Bologna, en la región de la Emilia-Romagna, un poco más al norte. El viaje lo hicimos en tren (como todos), ya que es bastante cómodo y no demasiado caro, lo recomiendo.
Bologna es una ciudad completamente distinta a Firenze. Para empezar, los turistas no invaden las calles, por lo que la primera sensación que tienes es la de que realmente puedes ver la ciudad. Es cierto que no destaca especialmente por sus obras de arte o sus grandiosas construcciones, pero posee, a mi modo de ver, un encanto especial, se respira tranquilidad.
Paseando por sus típicos soportales (la ciudad está llena de ellos),
se llega al centro, a la Piazza Maggiore, donde confluyen algunos de los edicfios más carismáticos de Bologna: la Basilica de San Pietro, el Palazzo Comunale, el Palazzo di Re Enzo, el Palazzo dei Notai, el Palazzo del Podestá, el Palazzo dei Banchi y el Palazzo del Archiginnasio (antigua sede de la Universidad de Bologna, la más antigua del mundo). No es lugar de explicar las características de cada uno, así que deberéis conformaros con un par de fotos.
Además de por sus soportales y palacios, Bologna era famosa por sus innumerables y altas torres, de las que hoy sólo quedan dos. Pero a nosotros, lo que más nos gustó fue la Basílica di Santo Stefano, un conjunto de iglesias que, unidas por construcciones sucesivas han acabado formando una sola en un marco temporal que va del siglo V al XV. Desde luego, debe ser visita obligatoria para quien pase por Bologna, totalmente recomendable.
Al día siguiente, pasamos por Parma, aunque la verdad es que todo parecía confabularse contra nuestra visita: la mayoría de los edificios importantes cerraban a las 12 del mediodía, con lo que algunos se nos quedaron por ver, la gente era mucho menos amable en general y el cansancio de los días anteriores nos pasó factura. Conclusión: sólo vimos la Catedral, la Iglesia de Santa Maria della Staccata, el Teatro Farnese (lo que más me gustó) y un par de parques, el de San Paolo y el Parco Ducale, pero nos llevamos un buen trozo de parmiggiano de primera calidad, jeje.
Continuará…
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